Estamos a mitad de curso y algo ha dejado de funcionar en el día a día escolar de nuestra chica con síndrome de down. Teresa lleva un tiempo que no va tan contenta al colegio. No quiero decir que vaya llorando o pataleando, pero si que lo hace sin ilusión, mas aun, si puede lo evita. Tal vez la aburra ver las mismas caras de profesionales o que todo sea mas serio en 1º de Primaria y no se encuentre estimulada o comprendida. Puede que no haya conseguido conectar con la profesora y que las expectativas de empatía tan buenas del inicio se hayan disipado a lo largo de estos meses. Hay que comprender que la peque tiene serias dificultades para hacerse entender. Y eso debe de resultar agotador para ella. Descartamos cualquier tipo de abuso o acoso. En ese aspecto estamos totalmente tranquilos. A la orientadora del centro de este año, al contrario que el curso pasado que la relación con Marta era muy fluida, solo la hemos visto una vez (según ella en mas ocasiones. Pero no con